Not again

Juzgas con el conocimiento del pueblo
me criticas sin tener sentido del ingenio
a mis espaldas, siento los puñales como lava
ardiente, se clavan sin dejar señales, eres mala
pero tus ojos me tienen encadenado a tu barra
donde cuelgas a tus presas para que todos las vean
y se sientan acogidos por tu encanto de princesa
alternativa, de esas que dicen no saber nada
y acaban con varios en una cama demasiado blanda,
tú las pones tensas, y no solo las habitaciones cómodas
que las pones duras no es un misterio,
te tienen cogida por los cuernos que vas dejando
detrás de las víctimas de tus encantos
y piensas que estás lejos, pero ¡qué va!
Te tenemos cerca y tú te piensas que ya no estás
que te estás yendo y que nos dejas atrás
cuando ya te dije, en su día,
mira peque, no pienses lo que el tiempo hará
déjale estar, pues él se encargará
de dejarte con un buen final.




Y prometerás palabras al viento
mientras ella, con la que me siento
ha estado conmigo más de un lustro y medio
y sabe algunas veces cómo veo, miro y entiendo
tuvimos nuestras peleas, distancias y escarnios
y ahora volvemos a tener casi el mismo horario
las cuerdas se tensan y EL TIEMPO se encarga
de volverlas cómodas, flojas, sin pienso, no piensan.


Tú, sin embargo, llegaste, te vi. Te cogí cariño,
te ofrecía algo distinto, bonito.
Te fuiste. Volviste. Y ahora es lo mismo.
¿Qué pretendemos hacer
con esta actitud? Reivindiquemos la amplitud
del corazón cuando goza de su plena libertad
antes de que el mundo se quede en un pedestal
simple, llano, plano, vacío,
ahogado por un río

de finas capas con tristeza acumulada.