Tengo piernas de que me andes
por encima. Tengo manos de que
tocarte me sepa mal.
Tengo oídos para escucharte hablar
mal de todas mis virtudes.
Tengo pecho para resistir
el calor intenso de tus senos.
Tengo espalda para cargar
con tus problemas con el azar.
Tengo resaca de tanto aguantar
el andar de tus manos al pasear
por el suelo llano de tu boca.
Y dime, ¿cuál es el elixir
que me tienes preparado?
Sé que me quieres revivir
aunque lo ocultes con halagos.
Y dime, ¿vas a mirarme
con los ojos hacia el cielo?
Tengo prisa, el oro
se derrite en este agujero.
Vale, dame el cigarro
nos piramos
no me mires mal
no tengo prisa
puedo esperarte
hasta que acabe el verano
y se nos apaguen las chispas
del amor que nunca relamimos
del plato.
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