Banner

jueves, 31 de julio de 2014

Los cuatro elementos

Dedicado al control elemental
pasan y pasan los años volando
junto al frío, el tiempo forzando
a buscar refugio ardiente y real.

Arrastrándome con cuerpo frugal
he devuelto a mi pueblo, ritmando,
las tierras que perdieron, y vibrando,
me dieron una recepción brutal.

Aire, mar, fuego lento y tierra yerma
gracias a mis yemas pueden danzar.
Oscuro manto, vuelvo a tu lado.

Ciclos de muerte y gente enferma
desaparecieron. Desde este altar
los cuatro elementos quedan pagados.

lunes, 28 de julio de 2014

A Night full of hope

Dormido con sueños de paz
pintados de esperanza, cual
Sol y Luna reunidos, ya
os veo el aroma inhalar.
¿Sueño de paz? Vaya esperpento.
Disimulan las sombras. Ebrio,
busco formas de luz sin éxito.

Sumido en el sueño profundo,
alcanzo a contemplar el muro
salto y no llego, quedo mudo,
trémulo, inserto mi puño.
Sangre en mi mano se derrite
mis demonios contemplo y ríen:
me muero y nadie se aflige.

Despierto estoy en mi lecho,
abrazado por brazos fieros
en calma, en paz, un frío viento
sosegado mece sus hielos
pierdo el aliento al observarla
orno su cadera con llamas
decoro perdido en la cama…

martes, 22 de julio de 2014

Fuego innomador

Innovar, innovar, parad.
No sabéis, no podéis jugar.
No es para simple mortal:
oráculo que cumplirá
las órdenes de los antiguos.
Estos versos fueron perdidos
otrora: os toca vivirlos.

Demencial muestra de progreso
donados, simples y complejos
no me regaléis vuestros besos
escuchad y aprendan, ¡atentos!
Arden las mentes a mi paso
cadáveres yacen ahogados
Y mis fogatas arden alto…

Llamas intrincadas y puras
desenroscan mentes y puntas,
apunto con flechas y runas,
disparo y ni se inmutan…
Vacíos cuerpos deambulan
por las calles burdas y sucias
sus cenizas quedan en mi urna.

Madrugar con gusto

Manto oscuro en la noche que
proteges frágil sentimiento
incrustado en este, mi pecho
Vivir ya puedo, sin temer.
Mas te echo mucho de menos
y busco tus brisas en mil ecos
huecos recovecos y huesos.

Escribo y solo puedo amarte,
sea como sea: con estos versos
simples, perdidos en el cielo
que busco, surco tierra, aire.
Los mares que visitaremos
serán congelados al tiempo
que rugirán fieros, ardiendo.

Besos impregnados de bella
gracia, sutil sensualidad
que impregna mi paladar
me hace despertar en guerra.
Nunca detengas tu camino
hasta que desees más frío:
arderemos volando, unidos.

lunes, 21 de julio de 2014

Huir con tu mano entrelazada

Y volar con los tornados
los ojos bien afilados
las alas abiertas
el fuego escapando.

El frío aire congelando
las fauces furiosas
los fuegos falsos
quedaron ahogados.

Aquí yacemos, quemado
y tú levitando
recoges las cenizas
y nace un lazo.

Símbolo de amor,
supervivencia vasta
enorme legado dejado
a las orillas de la montaña.

Llévame lejos
donde pueda amarte
sin tener que ocultarme
a los ojos que nos buscan.

Abrazarte, en tus ojos
navegar hasta ahogarme
en tus alas flotar

hasta a tu alma llegar.

Limbo

Acurrucarme en una esquina y no salir jamás. Jamás de los jamases. Que el hambre, la sed, el amor, el sexo, el aburrimiento, el hastío, el lento paso del tiempo, la muerte, ¿la esperanza?, la vida, el óxido, que todo me sobrepase.


Yo seguiré en mi esquina, acurrucado.

martes, 15 de julio de 2014

Una noche iluminada

Su calor es puro veneno
contemplan las malas lenguas
en decir esto. Y qué es,
sino placer venido de los cielos;
hambre voraz que se encuentra
no da para más, pobre noche.

Y eso es lo que yo ya echaba de menos
sentirla, el respirar de sus montañas, aliviadas
por la presencia del sol a su lado, iluminando
un camino hecho de baches para superar.

Empiezo a creer
en la reencarnación del Amor en vida:
morir no salía en nuestra guía turística.

Déjala volar, que despliegue
sus alas, pero cuídala de la confusión
atroz que acecha por las calles iluminadas.
Farolas armadas de puñales sangrientos,
tinta que cae gota a gota,
escribimos nuestros pasos,
la Luna llora mientras se despide,
un adiós contemplado en la aurora,
dibujada firmemente bajo los ojos limpios.

jueves, 10 de julio de 2014

Con la esperanza perdida no se debería ir a ninguna parte

Con la esperanza perdida no se debería ir a ninguna parte.

Incumplir, exagerar
sofocar y sucumbir.

Realizar una catástrofe
con la luna observándote,
clavando su ojo oval
en todas partes,
en toda tu carne.

Salir ardiendo, quemados
los poblados que visité
antaño, buscando tus riendas,
las de tu pelo bañado al sol,
fresco y lleno de primavera.

Sin encontrar consuelo
caí en amor hacia mi abandono
personal.

¡Qué cabezas las vuestras
que buscan sonrisa
donde hay tristeza!

Solo y perdido

Solo y perdido, he intentado
que mis versos suenen aguerridos,
alegres, tal vez felices, pero
la muerte se cebó con ellos.

La muerte del interior,
la peor antes de cerrar
los ojos y descansar
parasiempre.

No puedo con estas cadenas.
Pesan demasiado. ¿Me ayudas?
Estás ahí, a mi lado…

No pasa nada. Peso mis palabras
con las órbitas apagadas, fuera
de cobertura.


Qué más da. No me da. Ni a mí ya…

lunes, 7 de julio de 2014

Acabado

Apagón en las calles, apagón en la avenida central, apagón en las guaridas, en los refugios para niños hambrientos, apagón certero, apagón del sol, de la luna y de su capa protectora, apagón de los volcanes, todos los volcanes conquistados por el ojo astral, apagón mortal, apagón vital.

Apagado por el apagón de la vida. Yacen las cabezas en las picas, con las retinas quemadas gracias al picoteo febril de los cuervos que acechan la cama del rey. Un garabato al lado del cuaderno donde las letras se derriten por el miedo, la tristeza, la melancolía, la soledad sombría.


Ni siquiera es muerte, tampoco es asesinato. Vacío. Limbo corporal, mental. Acabado.

Esperanza

¿Dónde están los negros cuervos
que traen su luz quemada?
Pierdo la esperanza
si no la veo danzar.

Lo único elevado
son las lágrimas con cruz.
Pocas alas así vi
yacen en tumbas
de sacra negrura.

Rodando por la colina
de la tez bruñida
el cobre se vuelve plata
cobro mi contrato

con tus sonrisas.

sábado, 5 de julio de 2014

El amor y sus entresijos

Bajaron la luna, las estrellas y, con ellas, el manto azabache en busca de su prometida mujer. Aquella hermosa dama que una vez, no ha demasiado tiempo aún, soñó con volar con la ayuda de los etéreos céfiros que la perseguían desde que fue capaz de vislumbrar el polvo ahumado de las sombras. ¿Dónde quedaron todos sus rezos? Las canicas seguían chocando y produciendo energía suficiente como para congelar el mundo a sus pies, engendrando un calor que nadie conoció jamás. El frío, el que más quema, arde a través de mis venas, susurró con la agilidad de unos labios nadando en un mar paradisíaco. Y el viento transportó el mensaje.

Y ella esperaba en el bar donde siempre se habían visto el uno al otro, con una bebida sacada de las selvas tropicales que nunca pensó visitar. La soledad de la fuliginosa túnica, pintarrajeada con cientos de pequeños astros blancos, era su protección, su valentía, la melancolía de las noches extremadamente largas.

Subió la temperatura siete grados. Sacó sus gafas tiznadas.

Una bola de fuego, chispeante como el crepitar de las llamas en una hoguera solitaria, lo suficientemente grande como para aportar luz a varias generaciones, se desplomó del inexistente cielo, ahora reconvertido en limbo vacuo, porque ella era su cielo. Allí donde estuviese su respiración, él tenía el deber de entrecortarla el suficiente tiempo como para enfriarse, el tiempo suficiente como para derretirse aquella.

Y así doblegaron toda tierra que esos cuatro ojos lograron alcanzar. Y así se bañaron en todos los mares que estuvieron a su disposición. El amor y sus entresijos.