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miércoles, 9 de octubre de 2013

Viaje continuo

Café lento y humeante
en la terraza del bar negro
donde las golondrinas venían a pasear
y posar sus ojos en tu vestido oscuro.

La tarde que cae encima del alma
no es cualquier sol el que se escapa
mis ojos ya no te contemplan igual
te ven a lo lejos escapar por el ventanal.

Y no pasa nada, no pasa nada
mis lágrimas no asoman
el verso sigue siendo lento
y asimétrico, por eso no me
arrepiento, al son de un piano de cola
te espero, aunque tenga que ir
a Barcelona, tierra mar y aire no
son excusas.

Pero sé que eres una chica de paseo
pasajera de un avión en continuo
movimiento atmosférico, por eso
te pido, reina, que así te llamo
por tu elegancia fina, que si llegas
a ver una estrella parecida a mi pluma
me la traigas
aunque no me conozcas
aunque mi pluma sea tuya
regálame algo que pueda utilizar
para volver

a brillar.

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