Lejanía en las calles que ascienden hasta la colina
donde todos los ojos pueden vislumbrarse de repente
con una sola mirada, todas las colas quedarán atrás
y el revés será devastador hasta para el alma más astral.
El acero iluminado, erguido ante el enemigo
se alza de manera certera y crea una confusión
placentera. Disfrutan los presentes de la saturación
visual que produce el amor de dos rocas al azar.
Terminan el ritual con un sacrificio brutal
la muerte siempre está presente cuando la verdad
no quiere ver la luz. Terminan el ritual con un sacrificio tribal
y la sangre empieza a bajar, emponzoñada, hasta tus ojos,
preciosa.
La corrupción del alma no es algo equivalente
la tierra se siente fuerte bajo la atenta vigilancia
de los entes que absorben vasos y bastones
que, antaño, fueron la cruz de tantos reyes.
Desapareced, por favor. No quiero miraros
¿No veis que no puedo contemplaros? Vuestro estado
es deplorable, y siento decir esto, pero estáis miserables
dentro de las pocilgas en las que os meten sin rechistar.
No os oigo quejaros, no buscáis la revolución
os sentáis en silencio mientras las moscas buscan
su aperitivo de media mañana. Y la muerte sigue
esperando con su guadaña afilada y sus dientes blanqueados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.