Desvencijados por fuera
ásperos, duros y ásperos
son sus pieles desde los ojos
ajenos.
Yo no suelo mirar al frente
de las pupilas insidiosas
y ella resiste el embiste
mirando de lado
con cierto tedio en sus
labios
y una mirada clavada
en el espectador
del espectáculo
tentador...
Su curva perfecta
hace delirar hasta
a las sirenas del mar.
Su espalda se rompe
sus piernas tiemblan
sus manos no sujetan
por eso está en mitad
de la nada, esperando que todo
pase para que todo
vuelva a ser la nada
que él suele amar.
Varios puntos de luz
destacan en su mente
desesperada.
Una mente que desespera
se encarga de borrar la luz
en el punto exacto
le intenta quitar la felicidad...
Sin embargo, lo que hay dentro
no es tangible, no se puede
valorar
si nunca has estado dentro
y los has visto de verdad.
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