Reinas

Creo que me faltan fuerzas para respirar.
Tengo la sensación de que me falta un algo
y los recuerdos vuelven donde antaño
a posar sobre el río vacío de memorias
que ya borré en su día.


Echo demasiado de menos a gente
que puede estar de más, pero la necesito
qué más da, ahí estoy, por ellas,
mis reinas, brindo por vuestra
capacidad de marcarme, de dejarme huella.


Que el azul no te envuelva demasiado
como para que tenga que sentirlo en mis
brazos, en mis saludos, en tus idas y venidas,
en tus venas, en mis lazos, en la amistad.


Que el frío y el calor no te aplasten la mente
no te digo que pienses ni que reflexiones,
solo quiero verte bien, a pesar de todo,
aunque ya no recuerdes, yo quiero seguir
al tanto, estar atento y no perder detalle
de tu viaje por este mundo.


Que los colores se apiaden de tu visión
no pierdas el norte, pequeña, no es
recomendable, puedes perderte y lo sabes
en el fondo de tu corazón no eres así
admítelo y rejuvenece, porque estás peor
que el viejo amargado con el que saliste
y yo no quiero saberte mal, aunque eso
no importe. Sonríe por algo certero.


Mis tres reinas, las huellas,
las garras. ¿Se turnarán? ¿Cambiarán?
Probablemente. Pero déjenme
echarles sal a cada una de ellas
me viene bien, me hace sentir
vivo, me recuerda que sigo aquí
que algo tengo que hacer para
seguir, y esto eso: os escribo a vosotras
aunque no me leáis, aunque no os importe,
y aunque hable mucho y siempre de lo mismo,

no os preocupéis por mí, yo ya estoy muerto.