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lunes, 22 de julio de 2013

Planetas y galaxias

Vengo desde un lugar muy, muy lejano
buscando la solución a esta rabia interior
y me hallo en una situación de pura desesperación
no hallo arreglo a esta muerte latente
veo ángeles desaparecer delante de mis ojos
creo que existen, parpadeo y se queda el rastro
de sus recuerdos flotando en el aire, rasgo
mi guitarra vespertina en la nada, y sigo cantando
mientras, busco un alma que se apiade de mi amor
Tengo el anhelo intenso de encontrarte de nuevo
Nena, ven a mis brazos, yo te suplico bajo este muro
Ojalá estuvieses aquí, conmigo, brillando en la noche
y en el día... ¿quieres una calada? Esta droga es sana
“¿Qué te pasa? Háblame...” Y ella me dijo que respirara.

Siento que el rosa ya no inunda mi vida
estoy contento con lo que pasa
ahora que lo pienso
te tengo ganas.

Mientras huyo, siento mi espalda desaparecer
El tiempo se difumina a la par que mis pasos perecen
Levanto la cabeza una última vez, y veo al cielo arder
“Ni el dinero nos va a salvar de esta destrucción”
No lo entiendes, nena, solo somos nosotros y ellos
Da igual el arma, da igual el color, coge el que más te guste
El daño cerebral ya está hecho, mata y aguanta
Hasta que el eclipse nos devuelva a la gloria
La oscuridad se cierne sobre nuestros zapatos
y la luna se ceba con nuestro contacto, dice que no más amor
que no más abrazos, que su lado oscuro está a mano
que nos quiere matar sin un beso más...
“Despedíos de aquel cielo que solíais mirar en las noches
de pasión, después del éxtasis del amor
se acabó.”

Siento que el rosa ya no inunda mi vida
estoy contento con lo que pasa
ahora que lo pienso
te tengo ganas.

“¿Hay alguien ahí?” Llegamos de una pieza a la soledad
nos recibe con sus brazos, sentada en un altar
piensa qué decir, piensa qué hará
con nuestros cuerpos efímeros, basura celestial
“No hay nadie en casa. Ya no hay hogar.
Escapad cuanto antes. No habrá piedad.”
El miedo se apodera de mi mente
y logro girarme cuando, de frente
me encuentro a la damisela en apuros
me pide un puro de alcohol
que la enamore durante los últimos instantes
le contesto que puedo ser adictivo
y ella me dice “no lo dudo, aquí sigo”
Y ahí fuera, en el exterior
las nubes se están muriendo
las flores ya no sonríen
y los campos han ido desapareciendo
y tú tienes que reconstruirlo todo, entero,
hasta la última pieza, y piensas: “¿Qué hago ahora?”
Shh... no estás sola.

Siento que el rosa ya no inunda mi vida
estoy contento con lo que pasa
ahora que lo pienso
te tengo ganas.

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