Amor

Estoy delante de tu puerta.

He venido a recogerte.

Pero no sé si llamar al timbre.

Estoy nervioso, no sé lo que siento.

Pero bueno, qué más da.

Te he llamado, y ya sales

preciosa, como siempre.

Vamos a las montañas de las afueras

del pueblo, donde la puesta de sol

nos dé su bendición.

Se me escapan las palabras con tu aliento

sobre mi nuca, me siento en una nube

y no la atravieso, y me lleva de viaje

a mundos completamente nuevos.

Soy capaz de cogerte de la mano

en aquel centro comercial

te llevo a mi lado durante todo el trayecto

te sientas conmigo y vemos la noche fallecer

la luna se sienta e ilumina, asiente con su cabeza

y nos deja a solas mientras sus estrellas nos guían

hasta un hueco de privacidad.

Amor, ¿dónde estás? No te siento ya

has desaparecido de mi vida

y no te veo, no te noto...

Ahora has vuelto y tienes ganas de juego

yo estoy débil, yo me siento solo

y caigo en tus redes una vez más...

Me rindo a sus encantos, es amor,

es irresistible, no puedo controlarlo

y a la dama que me seduzca le daré

todo lo que ella quiera que luzca

en sus orejas, en sus labios.

Esa es mi bendición y mi desgracia

que mi amor no es cualquier chispa

la hoguera arde hasta atravesar el mundo entero

y eso aburre ya, querido, aburre ya.

Déjate de fuego espiritual y ven a quemarme

pero me rindo. Me rindo. Me rendí. Ya.