Banner

martes, 3 de diciembre de 2013

El faro que dejó de girar

Te sigo leyendo
todos los días
y por cada uno de ellos
voy pensando en qué haría
él sin mi presencia literaria.

Eres el faro que,
habiéndose encendido
ya no gira. No te has apagado
porque sigues tú solita.
Pero ya no me miras.

El caos y la confusión
se han apoderado de tus palabras
ya no sabes qué hacer para
ocultar nada. Te has vuelto
algo cuando podrías haber sido
mucho más que nada.

Y yo, que intenté empujarte
me siento decepcionado. Pensé
que valdría algo más la pena
todos estos daños causados
por la tinta impresa.

Pude ser tu excepción pero
te quedaste con lo de fuera.
No quisiste navegar mar adentro
porque en la orilla vislumbraste
pero pequeña, no giraste
para verme, no lo quisiste,
y ahora te has quedado estática
sin mirarme.

Y aquí, me pregunto yo,
¿Qué carajo hablas?
Porque tu pensamiento anterior
se bate en cruzada con tu exterior
y en mi interior
todo acaba con una palabra: perplejo.
Mírate al espejo y verás que
tu pensamiento te llevará lejos
pero solo recto, misteria.
Solo recto...



Y es una pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.