Banner

martes, 6 de mayo de 2014

Cárcel densa

Noche afilada que desfilas
delante de estos ojos que atormentas
no me dejes huir, encadéname
con esa brisa que dejas suelta.

Me ha atrapado un aire putrefacto
y tú eres la pureza que busco
espero sentado, algo resignado
a que aparezcas a lo bruto.

Y ahí estás, mi pequeña
hierba que retoza ante la presencia
de tus largos brazos helados
por el paso de los años
a la intemperie.

La noche se cierne sobre mi celda
y el veneno se encaja en mi mente
pero estás tú llegando, lo noto
mientras me desmayo, inerte.

¿No me sientes? Sigue buscando.
Sácame de aquí, no me dejes solo
estoy desesperado y necesito un soplo
de aire fresco, ahora que estoy enamorado

me caigo a un vacío ennegrecido por el paso
del óxido cansino. Ahora sí te puedo vislumbrar
entre tanta densa niebla vaciada con la ponzoña
de la soledad que escribía el fin de mi historia.

Oh, sí… Puedo sentirte. Estás dentro, y me hielo
con cada zancada que das hasta mí. No dejes de caminar.
Me siento respirar un aire tan limpio como el iceberg
que te protege ante toda adversidad. He salido.

Pero no me dejas terminar, y te vas.
Mis siete lágrimas dejo aquí grabadas
búscalas en el margen cuando, tal vez,
me necesites, pero no me necesitarás:

tu fría ventisca siempre te protegerá, oh,
querida, pero, si falla, si el viento deja de soplar
no te preocupes: lo volveré a pintar, no soy pintor,

no soy nada, pero puedo existir si me amas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.