Salimos del bar y las luces
se cebaban con nosotros
nuestros ojos eran demasiado sensibles
la oscuridad sería nuestro refugio muy
pronto.
Te llevo de la mano bailando por el
bulevar
nadie habita ya este paseo sideral
las estrellas nos contemplan y las
risas
murmuran entre ellas de forma fugaz.
Alcanzamos nuestro hogar y las ropas
nos incomodan demasiado, el ambiente
está caldeado, las ventanas cerradas,
la luna
entrando, nuestras almas se hacen una.
Se caen las cascadas buscando el
celestial
infierno, las conducimos de nuevo hasta
que encuentran su camino, el verdadero
regalo está en el detalle de que
existimos.
El infinito temporal se apodera para
siempre
de la noche. El sello impregnamos con
sudor,
amor y pasión. Se queda fijado en la
última
carta escrita con tus propios dedos y
manos.
Nos tenemos que marchar el uno del otro
acordamos volver a vernos pronto
el destino nos tenía algo preparado
la luz al final del túnel: felicidad
cogidos de la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.