Siento el pasado.
Sé que fue correcto,
pero la culpa no es de nadie,
fue de un corazón, demasiado
obsceno para este mundo cruel.
Obcecado en lo deseado,
que saben lo que es,
insisten e insisten,
y las propias esperanzas
derriten.
Desviáronse de la rutina
que tantas cadenas aplican
y las ilusiones se iluminaron
y las ajenas se esfumaron
la culpa es de alguien, se sabe,
pero chica, podrían haberlo hablado
mientras el agua caía por el talón.
Ahora hay cabreo universal
saben lo que ayer sintió, o eso
pensamos
y notan dos pinchazos clavados
uno por el propio, real, y otro por el
ajeno,
empatizado.
Que todo esto ha sido un malentendido
y se puede empezar desde un principio
Se hablan: “Hola, me gustaría verte,
¿es tu color preferido el verde?”
“Yo prefiero el azul, me gusta
admirar el cielo
bien despejado, sin obstáculos”.
Que todo esto ha sido un malentendido,
si usted lo desea, márchese, “no la
obligan”,
se dice, y obedecen porque saben que se
hizo
que la muralla tiene metralla muy
fuerte
y dos explicaciones no son suficientes.
Buenas noches.
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