Yo me divierto rimando
ellas se frustran mirando
yo ando y salgo al paso
ellas abusan demasiado
y golpean el teclado
sin arte al amor
quieren recompensa sin tacto
vapulean mis sentidos, amargo
café que bebo, está dedicado
rimo despacio y parezco delicado
no soy de jierro pero tampoco blando
nena, ten un poco más de cuidado
¿dónde pones tus ojos? Te estoy
observando
te agobias y miras hacia todos lados,
no fui vago e hice un plan con datos
me informé de tu casa y de tu calle,
el caso
es que no me ves y yo a ti te lanzo
cuchillas envenenadas, y me caigo
al comprobar que tu instinto machaco
no dije que era de risa, como tú, yo
masco
todo lo que trago y antes lo redacto
de un solo disparo, comienzo el acto
de escribir y no paro, no te sujetas al
mango
y mientras te observo desde la otra
terraza, saco
mi logo con luces de neón, me gritas
marrano
yo río y me vuelvo a mi cuarto, y bajo
las escaleras al paraíso de tus manos
me (vuelves a) rechazar y lloro con un
fajo
de billetes, llevaban tu nombre,
estaban dedicados
no eran para verte sino para comprarte
un lago
donde nadar libremente sin tener
lagartos
que te intenten comer la frente a
abrazos
bien fuertes, pretenden exprimir tu
mente, condenados
los he a todos, no he dejado a ni uno a
salvo
y mientras la rima sigo soltando
tu cabeza sigue redactando comentarios
sobre cuándo
podrás estar a mi lado, te niego todo
lo que has marcado
rompo truenos y sacudo barreras que
rodean el establo
donde has establecido tus penas y
alegrías, con las que yo hablo
todos los días y me susurran, con el
cerrojo echado
“Aquí ya no aguantamos, libéranos,
por favor, sácanos,
¡HAZ ALGO!” Sonrío por dentro y por
fuera me amargo
creo no haber comprendido todos los
instantes a tu lado
exacto, yo también lo he pensado:
“macho,
qué pretenden si las revistes con oro,
platos
te sirves en bandeja de plata y, sin
ser exagerado,
les dedicas bellas palabras que ellas
mismas rechazan, dejando
a esta pluma sin musa y a este corazón
agujereado”
No entiendo nada y comienzo a sentirme
ahogado,
pero no teman, pequeñas y dulces
mujercitas que amo,
ya mismo creceré y hablaré con mi
propio amo,
el que me indica el camino que ahora
relato
en papel surcado por varios bolígrafos
ya quemado por el paso de los años
el tiempo no perdona y yo lo aviso, no
paro,
probablemente tenga algún desorden y
esté tocado
mentalmente, no entiendo cómo soy tan
atrasado
en las artes modernas, tampoco
comprendo demasiado
por qué nadie me hace ni un poco de
caso
tal vez un día escucharme durante un
rato
no sea tan perjudicial para la salud
como dicen los malos
hablantes sobre mí cuando mi nombre
acortado
aparece en sus conversaciones que
tratan sobre raros
criticándolos por no ser como ellos
son, mientras tanto,
yo sigo dibujando palabras en este
español tan barato,
no es arcano y tampoco actual, pero
todas agarraron
estos folios y los estiraron,
y viendo que no los rompieron,
encendieron un cigarro
lo aplastaron contra mi rima infinita y
me pararon
nah, es mentira, ¿no ves que sigo
escribiendo? ¿Me ves raro?
Vete al círculo de lectores donde solo
saben criticarnos
a todos los poetas que, en un vaso,
ven medio mundo vacío y al otro lo ven
caminando despacio
no tiene prisa por vernos a todos
esparcidos y quemando
tantos corazones, demasiadas personas
creyeron en vano
en tu poder, y ahora yo estoy que me
caigo, agárrame
del brazo, sonríes y me dejas justo en
el borde, donde empezamos
¿Un saludo? Ni agua te daría aunque
en el desierto estuviéramos
por lo tanto, déjame decirte algo,
reina misteriosa que en el cielo te
asientas y yo te bajo
con estos lunares pequeños te indico,
paso a paso,
el camino a seguir hasta que seas feliz
durante el rato
que estemos aquí, en este mundo, donde
vivamos,
allí me tendrás, aunque estemos de
paso.
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