Busco una amiga a la que enamorar.
Poderla atacar con una daga nada más
comenzar. Que me responda sin piedad,
que mi sangre sea un río que nos
lleve,
juntos, al mar.
Busco una amiga a la que enamorar.
Daré una descripción: soy un cazador
convenido, opino y pienso en alpinos,
en voz alta, mientras que, en silencio,
gimo de pena por la pena de no saberte
perfecta, no te veo en mis
preferencias,
y eso me apena, lágrimas asoman y
comprueban que no eres mi tipo, nena.
Y darte campo no es buena idea.
Buscaré una amiga a la que enamorar.
Seguiré con el retrato: soy un cosmos
y ellas se quedan en el córtex con
trozos
demasiado racionales, se cortan y yo
me las como, cualquiera de mis agujeros
negros las detiene, anonadadas,
presienten
su desaparición, es inminente, ya que
no hay interés en conocerme, mienten
y ellos las absorben.
Busco una amiga a la que enamorar.
Las locas con el mundo, fuera.
Las locas con mi universo, ¿dónde
las encuentro? No las veo, tal vez
se encuentren lejos y por eso no
les puedo dar importancia de ceros
al lado diestro. Quizá se hallen
delante de mis fueros, cerca de mis
ojos y yo, ajeno, las ignoro,
no es queriendo, lo siento...
Buscaré una amiga a la que enamorar.
Cuando una amiga merezca la pena
enamorar.
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