Tu voz rebotaba por los
recovecos que las esquinas,
repentinas formaciones cilíndricas,
se encargaban de limpiar, porque
pensabas que tus palabras
estaban puras y eran sucias.
Donde la felicidad se
esconde
allí fui a buscar tu
sonrisa.
Donde las palabras se
amontonen
allí rebuscaré tus
labios, mirándome.
Que una explosión nos
abrace
y la muerte nos rehuya de
tanta luz
que desprendamos. Que los
besos
al aire sean importantes.
Llegar
hasta Marte sin morir
esperándote.
Ilusiones ópticas me
trajeron
a tu lado, y ahora tengo
que resolver
este puzle. No encuentro
la salida,
no hubo entrada ni
escapatoria,
estoy atrapado en tu mente
giratoria, me duele la
cabeza
siento desfallecer mi pie
izquierdo, el derecho se
tiene
en pie, buscando consuelo
en tu aliento. Sigues
viva.
O eso creo.
Firmando la última carta
donde nuestros poemas se
evaporen
las letras se quedaron en
nuestros corazones
mientras que la tinta se
esfumó en tu vientre
allí nació nuestro bebé,
un cielo que ahora
recubre toda esta pelota
con la que juego.
¿Quieres vivir? Ven a
verme.
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