Banner

lunes, 23 de febrero de 2015

Los Elegidos

Están fuera y, al mismo tiempo, dentro de nuestro mundo. Ellos vuelan y viajan, navegan y surcan todas las tierras imaginables por el ser humano, y siempre están con nosotros en su proceso. La individualidad no les exime de la compañía alejada de su prisión física, si es que la física es lo que tocamos o lo que percibimos con las manos mentales. Sufren y lloran, se alegran y divierten, es un cúmulo de sentimientos que, con frecuencia, dispara contra sus pechos y les hace desangrarse en soledad. No se les puede ignorar ni despreciar, es preciso amar estas almas verdaderas, pues son ellas capaces de crear vanidad espiritual en nuestra presencia y tomar sus alas para concretar pactos de paz, o de guerra, con nuestros enemigos.

Los Elegidos no tienen muchos amigos o enemigos. Con sencillez, son los litros de agua que derrama la sangre de Gaia al llorar por los desaparecidos, y sus trasvases son constantes. Es por esto que son mensajeros, o así los considero yo en lo personal, por experiencia propia. Nunca se les debe tildar de canal. No son un objeto. Son la salvación de nuestras almas. Y sus pocos amigos y enemigos serán los verdugos de nuestras esperanzas. Agarra a uno de ellos y ámalo hasta que tus garras desfallezcan por el reloj espiritual. Ellos te protegerán. Por algo fueron elegidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.