Banner

miércoles, 13 de mayo de 2015

Sultanes del 'Swing'

Os vengo a narrar una pequeña anécdota que me ocurrió no mucho ha mientras buscaba algún rincón oscurecido donde poder comenzar mi viaje. Pasó que en el transcurso de mi búsqueda, hallé aquel lugar que tanto ansiaba. El problema (que resultó ser la ventaja que menos pensaba) es que allí ya había alguien, otro viajero bien equipado dispuesto a zarpar hacia la nonada. Entorné los ojos, aunque luego comencé a confiar. Si él quiere lo que yo, por qué no.

Tras una larga hilera de pasos quedos, alcancé su hogar sin llamar a la puerta, que no había. Entré, me senté, y miré a mi alrededor, donde el vacío de las estrellas me otorgaba cierta tibieza cómoda. Allí, mi acompañante durante aquella jornada me reveló varios de sus secretos. Y uno de ellos no fue de mi agrado. No es un secreto pues ya todos lo conocen (a él y al secreto), pero lo contaré brevemente, el tiempo se agota (?)

¿Qué hacen entrando y saliendo ellas? No las entiendo. ¿Por qué no nos quedamos en un lugar o en otro? Yo, con inocencia, levantando tímidamente la Voz, dejé caer, ahí, en mitad de nuestra nonada, que si no sería mejor la mezcla, la evolución, el mejorar sin parangón. Él levantó una ceja, agarró su bastón y salió de allí con otros pasos, más quedos. Yo me fijaba en él, en su figura, en cómo sus dedos agarraban con una firmeza ligera el bastón. Fue dejando un reguero de tinta inexpugnable, que acabé bebiendo en un afortunado accidente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.