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lunes, 29 de abril de 2013


No es un grito que escuchas en mitad de la noche
es el llanto de un niño que grita tu nombre
que necesita un poco de leche materna
y el cariño de una pasión que sea eterna.

Ya no queda nada de qué hablar
porque ya todo se ha esfumado
y en tus labios me he callado
todo el dolor que mi corazón pasara.

Y que solo nos quede, en resumen
un poco de ceniza de metal en vientre
tarde o temprano se sacará el arma.

Se quemó el lazo de vida que nos une
Escupan fuego los dragones ardiente
celebrando la victoria de la maldad.

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