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lunes, 31 de diciembre de 2012

Ciencia, mal supurante


Me tiemblan las manos cuando pienso
en todo lo que pudo pasar entre tú
y yo.

Quiero rectificar todo lo malo que hice
pero tu cuerpo me embelesa demasiado
como para ver

el cielo; obscura maldad me invade
indecorosas palabras hacia tu persona
salen por la puerta de emergencia.

¿Qué necesitamos para sobrevivir
en tiempos de maldad científica?
Poesía afincada en el bando maldito
requerimos pasaporte sentimental.

Ahora que la noche y sus moradores
han escapado, podemos decir que
somos indestructibles.

De nuevo, visitaremos museos y óperas
sin temor a que un aparato emule
la belleza

de tus ojos; ¡Quiero vivir de verdad,
pero el alienígena nos invade!
Debemos evitar la muerte en vida;

Necesitamos, para sobrevivir,
un poco de poesía, aunque fuere maldita.
Versos afincados en el hondo sentir
requerimos un corazón y su latir.

[…]

Perdone, ¿se ha perdido? Se le ve
difuminado.
No, solo fui a ver el progreso del
experimento.
¿Con qué andan jugando ahora,
chiflados?
Preparando el futuro perfecto,
drogado.

Y los golpes se repitieron hasta quedar
reducidos a un leve zumbido…
Pero la poesía es ígnea
nuestra lengua vuela
sus medios alados  se componen
de historias y poemas
dramáticos.

Y todo ello arde de forma infinita
en un reducido hueco de dignidad
donde planearemos el alzamiento del corazón…

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