Tengo tus ojos en un cazo
de saliva negra, bizcos ellos
los he cazado mientras dormías
en tus sueños murmurabas unas
cuantas mentiras, ¡qué risa!
Cantabas las bromas de tus enemigas
que hacías buenas migas con mis amigas
incluso mi nombre salía a escena,
dando
saltitos de alegría, mis ojos como
platos abrí
en un instante, ya era abril, allí
estábamos
los dos y varias cabezas más
sangre en las paredes y mis uñas
arrancadas
por tu piel, tú sin respirar, no sé
por qué,
yo, en calma celestial, me bañé con
tu podrida
especie, tú, tendida en la lona, con
la boca
arrasada por mis llamas, mis dedos
llenos de fuego
y mi alma atiborrada de armas de fogeo.
Floja, tierna
tu carne no es precisamente áspera
no esperaba menos, nena
tras descuartizarte con una sierra
bien afilada con los huesos de tu
hermana
¿qué? ¿Demasiado gráfico? Pues aún
no he mencionado a la querida de tu
mamma
devora
esporas de ilusión como buena persona
ser
humano que piensa en la salvación de su conciencia
la
creía concienciada después de haberte tenido
entre
sus brazos: su vida estaba sujeta a la muerte
de su
retoño a mi retorno: he vuelto con las balas
cargadas
en estas pistolas de mano, ¿entiendes?
Disparo
tinta en cápsulas de metal serigrafiado.
He
usado títulos de películas, libros y,
mi
vida, ¿piensas de verdad que eres importante?
Podría
analizar tus varias direcciones, por qué
aún
te crees bebé, bebo de esta copa de vino
y vine
a pensar: qué pasará si escribo con sangre
y no con arte.
Aquí me tienes, con el pecho
descubierto
y el corazón latiendo latente
en él:
es sutil, como el puzle en el suelo,
lleno
de rojo falso, pareciendo muerto
y,
despierto, encerró todos los celos.
Esto
aquí descrito haré yo con tu cielo
donde
cantas la mejor canción del mundo
te
crees encima de él y ni de puntillas
puedes
acogerte a las nubes que, de lejos,
ves.
Tu clavícula es la clave de mis películas
montadas
en la madrugada con mis fenicias
qué
ricura tus huesos blancos y la delgada línea
cruzada
por tus bellos ojos, todos aquí dentro
bien
rígidos, fríos, retengo información fútil,
es
vital que mi esencia te diga respira
puede
que te agobies leyendo todas estas
barras,
más largas que un día sin pan,
más
corta que tú en mi cama, te pongo
punto
y final con estilo, estiro la sangre
y
expulso arte, instauro mi dictadura
¿demasiado
rudo? Verás cuando esté
encima
de ti, señorita puta.
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