Ah. El poeta
muerto entre gritos
de pena. El poeta.
Escritor de palabras
negras, muy negras.
Buscan luces, focos,
neones de la noche
que se viene a la ciudad
todos los viernes.
Cuchillos mojados por
la sangra fresca, fresca
como la brisa que rueda
por su cabeza. La libertad
es brujería y los pecados
la ilusión de la vida.
El amor, su única esperanza
tras las cortinas que pretenden
protección sincera, pero le cuentan
al poeta, pues su pelo es poco
su tinta se agota, su cuerpo hiede.
Su alma, limpia como la nieve.
Las batallas se han librado
en campo abierto en busca
de una mujer divina. Dioses
han cruzado ríos y valles
en busca de los senos
turgentes que reinan las calaveras.
Poesía no eres tú. Reina de las
tinieblas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.