Luces llenas de oscuridad
y ventanas con cristales amanecidos
lugares desconocidos para los sentidos
sienten verdades
y mentiras los invaden.
Engañados caminan
por la ciudad del humo
la acera se esfuma
y el amor se fuma.
Con las piernas atadas
el suelo se eleva
la distancia entre un segundo
y los siglos
se vuelve un infinito.
Se cuentan por besos
aquellos momentos revivo
por cada día contento
sonrisas por superficies lisas
las durezas las quito con ligereza
y aprecio que me hables,
pero siento tu existencia
a millones de galaxias de distancia.
La luna se eleva y el cielo
es azul, tu cuerpo se lo lleva el mar
mientras lloro por dentro,
sonrío por fuera, mi hermana me mira
y pregunta “¿qué te pasa?” le
contesto
“Ella.”
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