Últimamente llegan comentarios a mi
cabeza
me piden consejo sobre la certeza
de la existencia de un Dios que se nos
aparezca
al final del túnel con su gabardina
bien puesta
y nos diga: “¿cuáles fueron tus
pecados?” Esta
pregunta, ¿tiene respuesta? Aquí lo
comprobamos:
Señor, le pido por favor, no me mate,
no, no, no!
Ya estás muerto, enclenque, eh, no
insulte
no le dije que su religión ya no
existe!
¿Y qué haces hablando conmigo, amigo?
No tengo tiempo para contestar eso,
viejo,
pero sí que puedo decirle que yo
reinventé el miedo,
al miedo le quité las arañas y le di
alas, y en el vuelo
hacia el mañana me lo cargué de un
tiro, ya te digo,
no me mires con esa cara, es así, como
te lo cuento,
no seas crío, esas barbas no indican
lo mismo
Deja de hablar solo, estás muerto,
sabes que la realidad
no me la invento, exacto, pero yo a ti
sí que te extraño
porque antes eras bueno y ahora eres
malo, aunque sea huraño
y te escriba versos raros, no me
critiques, te tuteo por algo
improviso las líneas para decirte que
te amo, no a ti, carajo,
sino a ella, déjame escribirle algo,
no lo leerá, payaso,
eh, no te pases, sabes lo que me hago,
tengo atención suficiente
como para salir del paso y hacerle ver
que la quiero, que no es algo
mundano ni comercial: mi corazón puse
en una jarra de cristal
se la envié a su casa y cuando me
respondió mi tinta ya no estaba
la sangre se la bebió y se quedó con
mi alma entintada, ¿lo peor?
No me arrepiento, siento que hice lo
correcto, por eso ahora mismo
no puedo... parar, sigo escribiendo...
sin pensar, sintiendo el ritmo
que el aire me hace respirar, no
inspiro sonrisas pero tampoco lágrimas
me arrepiento de todas las veces que
impuse mi lápiz sobre láminas
ando recuperando el tiempo perdido
entre mis ánimas, mi ánimo
sigue bajo, por los suelos,
underground, como este verso que suelto
cabalga por tus oídos si recito, rueda
por tus ojos si lo publico
¿Qué hago, Señor? Indíqueme el
camino correcto, por favor...
[Lluvia de fondo, suena
el arte en el campanario
los rezos ascienden
como el ave fénix centenario
el mesías, que nos
guíe, por favor, haga de esto
lo más sano que nunca
tocó]
Tengo
serias dudas sobre mi existencia
algunas
veces pienso que debería suicidarme por insistencia
de
aquellas personas que reniegan de mi poder y mi paciencia
para
darles placer, vida y cenicientas, aunque para ellas
también
hay reyes que les dediquen la vida entera, y, sin embargo
todos
se rechazan entre todos, la mezcla es muy diversa
demasiado
heterogénea, y yo sigo loco, mis flechas nunca funcionan,
siempre
me equivoco, desvié mi puntería por algo más de fama
entre
la melancolía y el suspiro, la tristeza y el mirlo
que
vuela por un poco de libertad sincera,
yo lo
he asesinado, perdónenme todos los enamorados
rompí
vuestras esperanzas y ahora piensan que no hay salida
no se
preocupen, niños y niñas, saldrán, saldrán
sólo
tienen que seguir pensando en que mi existencia es clave
para
vuestra vida.
[Y así fueron pasando
los días,
que dejaron paso a los
meses,
y los años llegaron
sin pena
ni gloria. El banco
seguía en pie
y él, sentado, murió
con el último verso
en el lápiz
incrustado.]
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