Las camas bien rojizas y verdes
la naturaleza las invade y no nos ve
desnudos, querida, en nuestra herida
depositamos la saliva que cure nuestra
fe
En la caída del imperio que nos vigila
apuesto por la mejor de las salidas:
la puerta de atrás sigue sin vigía
tú y yo tenemos que salir de esta con
vida.
Tras esta puerta se encuentra
la fe perdida. ¿Quieres retomarla?
Se encuentra malherida, déjala
descansar
por unos días. Yo te puedo cuidar,
si no te importa, durante todo este
tramo
y así llevarte hasta el final del
túnel, amor.
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