El silencio mejor que nada
aunque yo escribo por algo
tenerte desnuda
entre mis brazos.
Un amanecer con las sábanas
abiertas. Una ventana desordenada
y las lágrimas atadas. Pie en el suelo
doble frío, intenso, recorre la piel.
Sol que recoge las miradas,
los gestos, ojos cerrados y tersos,
tensión en sus cuerpos por el olor
a derrota que viene por el exterior.
Estrellas que, a oscuras, recuerdan
nuestro cariño. Se visten de blanco
pensando en los años vividos. Rompes
fotos de un pasado divino.
Un anochecer con las sábanas
cerradas. Una ventana limpia
y las lágrimas desatadas. Pie en la
cama
frío, ligero, sigue el hueco.
El silencio mejor que nada
aunque yo escribo por algo
tenerte desnuda
entre mis brazos.
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