Banner

lunes, 6 de febrero de 2012

Lluvia de mar


         Ami nadie me dijo nunca que la lluvia podía mojarte. Oh, por favor, no merefiero sólo por fuera. Tampoco me avisaron que mi perro había fallecido. Unaverdadera lástima, pero de todo se sale, como del agujero que hicimos el otrodía mi querida B y yo. Un agujero, también metafísico, pero abismal, asesino,sangrante. “No tenemos nada en común”, me dijo. Una frase ya varias vecesrepetidas a lo largo de mi vida, por él, o por ellas. Pero por algo será… Luegode haber intentado descansar, me eché agua en la cara. Un agua superficial, unagua fría, insensible, líquida, transparente. Todo para dar caricias, mimos,cariños y amor a un trozo de hielo.
         Ami nadie me susurró al oído lo mucho que la lluvia mojada. Pero tampoco medijeron que llegaba hasta el alma, de una forma candente, más ardiente que lapasión adolescente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.