Con
razón y algo de fe
creí
en esto, el amor.
Yo
por eso te dejé
tumbada,
vida, al sol.
Es
obvio que creo en ella.
Pero
esto es cosa de dos.
Tal
vez sea culpa mía;
La
poseí. No... ¿Dudó?
Muero
con tu ausencia, sin
aire
descanso. Calor,
¿dónde
carajo te hallas?
Frío...
Escucho el rumor
que
dejan estas cadenas
viejas.
Cambia el color
de
mis ojos, azabache.
Son
ellos el delator
de
mi hondo sentimiento.
Te
quiero como escritor,
y
escribo versos rojos,
candentes
como mi amor
por
ti. No es suficiente
esta
pluma; él regó,
por
eso, un par de versos
con
su sangre, sin dolor.
Un
hielo azur jodido
a
causa del escorpión;
una
sonrisa pintada
y
mi suerte con él, Dios,
¡El
amor yo vi, lo vi!
Con
ella todo volvió
a
tener luz. Creo en ella;
la
amo sin un error.
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