He
calibrado, o he intentado,
todos
los pensamientos de mi mente.
Pero
son tiempos nuevos,
en
Roma nos encontraremos, amor.
Y
con tu tradición de por medio
he
escrito varios versos que aquí te cuelo.
Con
el corazón en el aire
y
la pluma ennegrecida (aún más)
No
sé qué escribir para
consolarme.
Pienso en ti,
y
bueno,
se
me van los males.
Qué
moderno es esto del lápiz de color
tintando
las pinturas de tus labios con pasión.
Aunque
tal vez lo más simple,
lo
más sencillo
sea
dejar de oírnos.
¿Qué
ha_emos?
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