Tengo
una confesión.
Y
es que ya no escribo,
no
siento el ritmo
no
hay transición.
Me
fui. Me he ido lejos
me
ves día a día
pero
es el simple reflejo
de
mis memorias perdidas.
No
volveré. Está oscuro
y
las aves preguntan por mí
juro
por Dios que estoy seguro:
Dijo
su corazón derretí.
Él
es la guía de mi alma
fabricada
allí en oriente
es
por eso que no dispara
ya
ni puedo pensar con mi mente
compré
otra de metal
hace
hueco si la golpeas
es
extraño, de veras,
no
hay verdad en mis penas.
Tengo
otra confesión
y
es que sigo escribiendo
por
compasión hacia mi persona
que
sigue de pie por la inercia
del
cambio de hora.
Es
ahora cuando vuelvo
si
es que me fui
mantengo
mis secretos
bajo
una llave de marfil.
Mi
existencia perdió su sentido
doy
vueltas a una rotonda
escribo
versos con congoja
y
a todas las dejé cojas.
Se
dio la casualidad
de
que mi ida se cruzó
con
tu vuelta
por
eso ahora volamos juntos
al
son de tus vientos
y
de mi tinta negra.
Sopla
fuerte
que
el petróleo llegue
a
toda esta gente
que
nos lee.
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