Subiendo,
buscando
la
curva de mis alegrías
teniendo
dudas sobre si te encontraría
hoy,
mi vida, tengo la certeza de tu existencia.
Con
una leve brisa
navegas
a través de los asientos
alejada
a mis manos, apuntada
con
mis ojos, rifle sin miedo.
Y
en el centro, tu viento.
Ese
remolino que fuiste sembrando
lleno
de emociones, agitando este cóctel.
Tras
tu patinaje, me levanto y aplaudo.
Bajo
las
escaleras,
busco
tu abrazo, tus besos
tus
labios...
Y
despierto.
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