No
sé. No sé enamorarme de ti.
Aunque
el cielo estuviese a mi favor
y
escuchara, y rezara por los dos
no
vería la vida que perdí.
No
sé. No sé reír, solo sentir
que,
a pesar de todo, soy del montón
que
nunca más veré la luz del sol
por
las lágrimas que te derretí.
No
puedo cambiar figura ni estado
no
quiero fingir que soy el elegido
no
creo que Fortuna sea tanto.
Me
regaló un no demasiado extraño
por
eso lo quise como ella quiso
la
amé por encima de los hados.
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