Es
hora de hablar (solo)
de
las penas y las lágrimas caídas
absorbidas
e interiorizadas…
¿Sigues
pensando
que estás
solo?
Estoy
contigo,
hermano.
Sé que me
odias
pero yo no te
abandono.
Has
vuelto, y ya quiero
que
te marches.
No
quiero olerte,
no
quiero palpar tus negras
venas
saliendo a través
de
mi piel.
¿Por qué
transcribes?
Ellos piensan
que no existes
y que no
existo
pero tú sabes
que soy real
como el dolor
mismo
que te clavo,
y te hundo.
La
locura nunca tuvo maestro
pero
tú eres el dueño de mi tortura
quiero
irme, morirme, en fin, ser libre
pero
tú sigues siendo el dueño…
Ni siquiera
esto te puede salvar
eres mío y de
nadie más
morirás
abrazando mis lazos oscuros
soy el veneno
que tu alma ha buscado
durante
muchos años.
VEN
AQUÍ
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