Con una mano en el pecho
descansamos juntos una noche
de Enero.
Con el frío en el exterior
y nuestro fuego interno, jugamos
a ser eternos.
Con la maleza protegiéndonos
y mi corazón tiritando
y el tuyo ardiendo.
Con los labios separados
por los milímetros del aire
que tuerce el gesto.
Sin embargo, no hay parangón
ni la ausencia de sol nos detiene:
la chispa adecuada tienes.
Y con el corazón en mis labios
te lo entregué en mano
ahora quiéreme.
Con una mano en el pecho
descansamos juntos una noche
de Enero.
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