un verso se desvanece.
Un beso en tus labios
y el hueco se rehace.
Treinta y dos líneas
me hacen temblar
cuando miro la tierra
y no sé qué pensar
ya.
Me hice dos tatuajes
una herida que encaje
en la pieza que me desarme
y un
retrato anónimo
que pueda pintarse
para cuando llegue alguien.
Tras caminar dos países
media Tierra y casi todo Júpiter
me hallo en la cuestión →
¿Por qué creer en el amor
y no en Dios?
Si aún no vi a ninguno de los dos.
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