Él está bajando por
la calle
imperecedera
sensación de abandono
tragedia mascada
entre dientes blanquecinos
y tembleque de
sensaciones contradictorias.
También ruego de
sábana limpia
pero, mientras más,
mejor, cúbranme;
protección imploro
desde aquí, arrodillado,
buscando un perdón
susurrado al oído.
Luego de haber
limpiado la ciudad
recuerda este día tan
neblinoso,
cuando el agua se
batía con el viento.
Trémulas ligerezas
del corazón,
que, ante el frío,
regeneran un amor
distinto.
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