El paisaje salió ardiendo
luego de nuestro encuentro
a ciegas en el cuarto, nuestro
puesto en duda, muerto
el perro, ya no ladra ni rabia, dudo
al buscar tus huesos, y rehuyo
el humo que sale de tu cuerpo
al encender un viejo mechero
que resquebraja un árbol complejo.
Ayer nos encontramos, hoy ni nos miramos
mañana será otro día, descansa, reina,
podremos ser alegría, aunque polvo
sería, mi neutralidad se esfumaría, en un pozo
dejé el gozo de besar las estrellas del amanecer,
cogí de nuevo el libro bueno, el de querer crecer (y)
ser el eje de este mes, en mente debes tenerme
(siempre).
No me dejes huir, ahora no podemos sentir
¿Eres feliz? ¿Sólo feliz? Entonces no eres cuando te
vi
lo que yo creí en ti, mas no eres sensible, pues
no triste estuviste…
Increíble.
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