Hubiesepodido hallar, en ti
laluz que me hiciese contraste
queme pudiese abrazar
sinescapar ni un instante.
Quepudimos hacer luz, rojo, pasión
yya no, sólo lamentos puedo oír
desdeaquí, la mansión de tu suegro.
Nosdejamos escuchar
impusimosnuestras leyes
grabamosnuestras memorias
quefueron, ardiendo
alviento.
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