El bar se habíasilenciado, y sólo un foco de luz iluminaba el micrófono que se encontraba enel centro del pequeño y pobre escenario. Las tablas emitían quejidos de cuandoen cuando que le daban al lugar el toque justo y necesario para ambientarlo yconvertirlo en la cantina del pueblo.
Se subió alescenario, tanto él, como el mar, el cielo, y tú. El respetable estaba deseandoescuchar las primeras notas.
“Hoy sólo tocauna canción. Porque menos es más.”
La guitarraempezó a ser rasgada, y la introducción a la única canción comenzaba.
En mi vida yo nunca he sido feliz
las estrellas me iluminan al revés
pues ya pienso que si volviera anacer
heredaba una traición y un gransufrir
(Oh, Pau)
Los ojos del público estaban absortos en los frágilesmovimientos. Nada podía apartar sus miradas de la hipnotizante realidad quetransmitía una simple canción de cantina.
Por eso quisiera hoy ahogarme en ellicor
para olvidar la traición de unamujer
mientras viva no dejaré de beber
hasta que encuentre ay, la dicha enel amor
(Vamos, Alf)
Voya escribir en mi diario
quevoy vagando por el mundo
Ay,que dolor tan profundo
vivirtriste y solitario
(Oh,sí)
Sé que nadie mequiere
solo con mipensamiento
Ay, con tantosufrimiento
así cualquierase muere
(Oh, Glo)
Demasiadas apariciones en tan poco tiempo, demasiadosmensajes que asimilar y demasiadas letras que beber. Porque estaban ante unrecital de mensajes de un simple portador de conceptos.
Si he venido aeste mundo es pa sufrir
no puedoencontrar la dicha en la mujer
si me besan y meentregan su querer
se me alejanpara hacerme un infeliz
(Ese soy yo)
Vivo tomandoporque el trago es pa los machos
un desamor mepuede causar la muerte
y si el mar seconvirtiera en aguardiente
en el me ahogarapara morirme borracho
(¡Alcen suscopas!)
Nadie se acercó a felicitar la maravillosaactuación. Tampoco él esperaba a nadie. Lo único que yo creo que él realmenteesperaba, es que ellos recibieran el mensaje. Después de tanto tiempo sin sabernada de ellos, tenía la pequeña esperanza de que su mensaje bordeara los confinesdel mundo y llegase a sus oídos.
Peroél murió melancólico y solitario. Nunca con una copa en la mano.
Selo llevó la tristeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.