El mar, el cielo y tú, soismis objetivos. Te diré “Llévame hasta mi sueño prohibido.” Todo pa llegar a tulado. Pero me encontré solo, rasgué la chacarera de un triste y grité “¡Ódiame!”.Aquello me dio vida, pero soy un licenciado, simple mulato, siempre solitario, escribiendoen el diario de un borracho. Mi conciencia, paranoica, decía “¡Ánimas, que noamanezca!”, pero mi corazón decía “Que me lleve la tristeza”. Nunca llegó eldía de mi suerte, pero eso son cosas olvidadas, porque la tumba es el final… ymenos mal, porque, aunque esté rodeado de un infierno agobiante, el cielo estádentro de mi.
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