Qué hice tan bien
para que te fijases en mí
y luego salieses por la
puerta de atrás
sin mirarme a los ojos.
Qué hice tan mal
para que me abandonases
con una patada donde duele
con unos ojos rabiosos
de esos enfermos...
No recuerdo las palabras
que me susurraste al oído
pero el viento me dijo
que ya no seríamos
amigos.
Tengo que reconocer
que ha sido una grata
experiencia
a pesar de tu nivel de
existencia
pudiste llegar a la
competencia
fuiste competente
reíste y lloraste
y ahora vas en busca
de alguien que no te raye
que te sonría a todos
los caprichos de tu vida
que te den, tía!
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