No
sé (d)escribirte
porque
no alcanzo palabras suficientes
perdona
mi ofensa, si el perdón bastase
para
librarme de la condena.
Y
es que quiero, aquí,
plasmar
tu cuerpo, por fuera
y
por dentro:
mil
años de creación
dos
mil en reposo
para
salir a competir con el sol,
estrella
que reina los siete hemisferios
de
mi corazón.
Manto
con el que me proteges,
nos
refugiamos unidos, y en la noche,
nuestra
más íntima amiga
hacemos
la vida, vida, muerte
a
la muerte damos, y dando
con
la felicidad de nuestras sonrisas
los
labios se unen, se separan y huyen
para
reencontrarse bajo la brisa,
suave
aire que mece tus nubes
llovizna
tierna en la carne, donde
brota
nuestra esperanza.
Y
es que aquí, te quiero,
adoro
y amo, sigo con el diccionario
bajo
el brazo, buscando versos,
poemas
y palabras que expresen mi sentimiento
¡No
pueden! Yo seguiré investigando
tanto
cómo (d)escribirte
al
igual que cómo naciste de la oscura
fría
noche
tan
bella
que
un ángel tocando el arpa no fuese, siquiera
capaz
de representar la fuerza que tu aire lleva
cómo
pudiste poner un pie en esta vil tierra
que
yo te vi, puro carbón azuzado con hielo candente,
en
la lejanía…
y
en tus historias me perdí, buscando el origen y el ancla perdida, la solución y
el enigma, con todo quedé embelesado, y en el giro de todos tus acontecimientos
me quedé atascado: es intentar (d)escribirte o, simplemente, unidos, ser
felices.
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