No es un grito que escuchas en mitad de la noche
es el llanto de un niño que grita tu nombre
que necesita un poco de leche materna
y el cariño de una pasión que sea eterna.
Ya no queda nada de qué hablar
porque ya todo se ha esfumado
y en tus labios me he callado
todo el dolor que mi corazón pasara.
Y que solo nos quede, en resumen
un poco de ceniza de metal en vientre
tarde o temprano se sacará el arma.
Se quemó el lazo de vida que nos une
Escupan fuego los dragones ardiente
celebrando la victoria de la maldad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.