Todos sabemos lo que pasaría si la cosa seguía de aquellamanera, por lo que intervenimos todo lo que nos dejaron, hasta destruircualquier pedazo de esperanza que se pudiera palpar o ver en el lugar.
Al ver lo que se avecinaba, todos empezamos a huir en ladirección que más nos gustaba. Creamos una especie de energía divisible que sedesperdigaba por caminos que no estaban escritos y conseguimos evitar la manodesgarradora que intentaba decapitar nuestra alma.
Huir. Escapar. Desistir. Aprovechar el ruido del asesino ydesaparecer entre la gente. Desaparecer para destruir. Destrucción innata delalma por la esperanza.
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