Mirarte a los ojos, acariciarte y decir "No interrumpas..." Y empezar a demostrar.
Decirte, hablarte, soñar. Un sólo "te quiero". Porque sé que la vida, en ese aspecto, no te ha tratado de la mejor de las maneras... y comprenderé que te retires por miedo a lo desconocido. Así que relájate y siéntete cómoda, pues te arroparé con mi manto de caricias.
Pero te haces merecedora de algo mucho más sencillo, algo como palabras que te arrastren a la suciedad y te quedes estancada ahí, descubriendo tu verdadero yo.
"Sólo sé que no sé nada" <--
"Dedicada, jiji".
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