¿Ves ese tono cálido que emana del interior?
Es calor. Es fuego.
No sé de dónde procede este calor, pero no es un calor físico, o al menos no tan físico como para que el refugio se derrita. No... es el calor que emanan dos personas que se quieren y están juntas. Un calor precioso que, en su justa medida, puede llegar a hacerte feliz a ti, incluso.
Es el calor del amor.
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