“Cumpleaños feliz…”
Fue todo muy deprisa. Nosencontrábamos en mi habitación, la cual se había expandido de una formasobrenatural, celebrando mi cumpleaños. No sabía cuántos caían. Había una seriede invitados que me descolocaron, pero el buen rollo reinaba sobre el ambiente.
Hastaque apareció ella.
No me laesperaba. No me esperaba que, con su perfume, me lo intentase volver a robar
Quecon su jugueteo de niña pequeña me quisiera conquistar
Tampocoquería saber nada de ella realmente, pero allí estaba.
Su grácil andar, sus ojos, tantograndes como pequeños, sus labios, su boca, su sonrisa, todo era felicidad,todo estaba hecho para ser adorado.
Sóloadorado.
Ella se llevó algo. Huyó. Laperseguí. Hasta la estación. Y, otra vez, me la jugó.
Disfraces,máscaras, varias personas en todo el embrollo. Cabizbajo volví a mi casa,pensando en lo sucedido. Sobre todo, pensando en encender el ordenador yescribir la historia.
¡Malditas pesadillas!
ResponderEliminarPesadillas que podían haber sido sueños... pero bueno, ¡qué le vamos a hacer!
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